La temporada estival no se recupera, y continúa el mal tiempo


Los pronósticos no son alentadores para los próximos días. El calor no aflojará, pero se anuncian lluvias para el fin de semana. La zona del Balneario, desolada.

Las últimas lluvias terminaron con la esperanza de una temporada de éxito para la zona balnearia de nuestra ciudad. La costanera, el propio balneario y el camping saltense no muestran ni el paisaje ni la cantidad de visitantes que ha tenido otros años.
Entre inundaciones y tornado, el verano no será como otros. Las pérdidas materiales no tienen precedentes para los comerciantes del lugar, y es esperable que el verano rinda menos económicamente a raíz de la llegada de una menor cantidad de turistas al distrito. Lo mismo ocurre en otras localidades cuya explotación turística de los ríos se ha visto afectada por la crecida del Paraná, que viene perjudicando al sector desde octubre del año pasado.
A la extensa inundación que empezó en Salto el 26 de diciembre, le siguieron el tornado en enero, y ahora otra crecida del río que hace preveer que la actividad no se recuperará antes de que finalice la temporada estival.
Más allá de las ayudas que el gobierno local pueda ofrecer en este momento, lo que se deja ver es que no hay una solución estructural al problema de las inundaciones. Si bien es cierto que ningún gobierno es directamente responsable por los fenómenos climáticos que ocurran, -que si bien no son demasiado frecuentes a esta escala-, ya se deberían haber implementado herramientas de contención para los vecinos que tienen sus viviendas en las zonas cercanas al río y que sufren con más vehemencia este tipo de inclemencias.

Idas y venidas con el Balneario
El cese de actividades en el Balneario luego del tornado, se había decidido teniendo en cuenta los daños materiales en los predios del Balneario y del Camping Municipal. Se habían realizado trabajos de reparación en ambos predios, pero no estaban en condiciones óptimas para recibir a los vecinos y turistas. Pese a esta recomendación, el Camping había estado exento de la medida de clausura.
En un intento desesperado por revitalizar la temporada, Brasca envió un decreto con fecha del 22 de enero volviendo atrás sobre su medida de clausurar el Balneario, que se había realizado en el marco de la Declaración en Estado de Emergencia dispuesta para el Partido de Salto.
El texto del nuevo decreto, levantando la clausura, afirmaba: “dispóngase el levantamiento de la medida dispuesta por Decreto Municipal Nº0070/2010 en virtud de encontrarse los sectores que oportunamente fueran clausurados, en condiciones de ser utilizados”.
Tras esta nueva crecida del río, no se conoció aun ninguna disposición oficial sobre la utilización de la zona balnearia. Si los últimos días de calor les dieron un atisbo de esperanza a vecinos y comerciantes afectados por los anteriores fenómenos climáticos, esta última crecida los deja otra vez en jaque.

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