Pretara es un incapaz

Una de las pocas verdades absolutas de la naturaleza dice que se debe proteger a la cría, ya que no existe la más mínima posibilidad de que la especie sobreviva, si no hay cría, o si la misma es defectuosa o escasa debido a la desprotección y el accionar de las noxas ambientales y los depredadores.
Lo que en el reino animal, se aprende sólo por instinto, ciertas “civilizaciones” como la nuestra, que no deja de ser “occidental y cristiana”, resisten el mandato natural y se empeñan en apagar el fuego que alimenta el futuro. El futuro suyo, mío, de todos.
Hoy recordé algo que hace muchos años me había dicho un profesor, no de medicina por supuesto, me había dicho que muchos de los niños que estaban naciendo por esos años, serian más petisos, con menor desarrollo intelectual, les iba costar aprender y que de acuerdo al contexto sociopolítico y cultural del próximo decenio, desarrollarían o no, un marcado corte delictivo. Los años en cuestión eran los 90. Más precisamente me lo dijo en el 97, donde la recesión y el hambre dolían como actualmente duelen.
Lejos de querer encarar un ensayo sociológico, a nadie se le escapa que el contexto social, político y cultural no ha variado mucho, en la Argentina desde entonces, hemos tenido presidentes de diferentes nombres, de diferentes provincias, pero de la misma actitud depredadora hacia nuestros niños.
Por supuesto que no son adoradores de Herodes, todos son cristianos. Por supuesto que no son insensibles, si dentro de las 20 Verdades Peronistas, “en la Nueva Argentina los únicos privilegiados son los niños” y ellos son re peronistas.
“Desnutridos hubo, hay y habrá siempre” dijo con total desparpajo un lastimoso e inexplicablemente todavía, funcionario municipal. El jeque del menemato profirió una bestialidad congruente hace años, aunque no quiero parangonarlos, dado que Pretara es incapaz de provocar desnutrición en treinta y tantos niños. Es un incapaz.

Hace un tiempo, acusé de filicida a un intendente y en su nombre a toda una clase dirigente local, provincial y nacional, paridos por la misma madre, la puta corrupción. ¿Será que por ser hijos de ésa despreciable madre, toman represalias contra hijos de inocentes madres?
¿Será que nosotros como sociedad anhelante de justicia, social y de la otra, deseosos de paz y prosperidad para nuestras familias, estamos eximidos de responsabilidad alguna?
¿Seguro que no podemos hacer nada?
El gran Bob Dylan dijo “la respuesta, mi amigo, está soplando en el viento”. Sólo se debe parar la oreja unos instantes, el viejo viento llega a todos lados, aún a tu confortable hogar.
¿Qué hago yo? Ejercí y ejerzo militancia a favor de los desprotegidos, niños o adultos, con notas como ésta, que llevan mi firma y con acción política. Me siento mejor pateando traseros corruptos en el barro. Saludos desde el Suburbio.
Dr. Marcelo F. Herrera (DNI 17579954). Email: mh.hombresuburbano@gmail.com

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