Gran fiesta santiagueña en nuestra ciudad

El pasado sábado por la noche se realizó la fiesta santiagueña en las instalaciones de la planta alta del Club Compañía.

La respuesta de la gente fue verdaderamente masiva, de hecho el salón quedó chico para la ocasión. Según los organizadoes, se esperaban unas 350 personas, pero la cantidad de público que se acercó superó está estimación. En este contexto, debemos aclarar que hubo muchas personas que no pudieron entrar.
En cuanto al espectáculo debemos decir que fue realmente entretenido, además de extremadamete profesional. Pasadas las 22:00hs. se dio comienzo al espectáculo con la coordinación y/o conducción de Luis María Cardigni y la apertura a cargo del Ballet Llaiñ-co, bailando “La Salamanca”.
El espectáculo duró alrededor de cinco horas. Participaron del mismo, además del Ballet Llaiñ-co, el ballet “La Reserva”... junto con un grupo de múscios que tocaban guitarras, bombos y violín. Este grupo fue verdaderamente interesante por dos motivos, uno por el inconfundible sonido de las voces santiagueñas, y otro por la excelente presentación que realizó un bailarín llegado de Buenos Aires, quién deleitó al público presente con un solo de boleadoras y danza.
Luego de está presentación se realizó el homenaje a Julio “Tati” Novillo. Aquí todo el público realizó un profundo silencio y después un sostenido aplauso final la emoción colmó la sala.
Casí sobre la media noche se presentó en el escenario Eduardo Mercado y otros cuatro santiagueños, entre los cuales estaba Oscar Mercado, su hijo. Este grupo de santiagueños llegados de Clodomira vinieron a presentar su nuevo disco: “Mi armónica es chacarera”. La presentación fue de gran nivel, y todos los presentes disfrutaron de un gran show.
Finalmente llegó “El Cuervo Pajón y Los Brujos”, y el baile prometido se limitó, por razones de espacio, a unas pocas parejas que pudieron incluirse dentro del escenario. Este grupo de artistas se presentó con un joven de la familia Carabajal, quién produjo junto al resto de los músicos el inconfundible tono de la familia santiagueña.
De este modo, la noche cerró al ritmo de la chacarera y con gran alegría. Un espactáculo de admirable nivel en Salto.

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